Un beso es un beso

lunes, 20 de abril de 2009

Hace unas semanas, la sociedad uruguaya volvió a poner en el tapete el tema de la discriminación. Parece que en una sociedad tan mojigata, estas cuestiones aparecen como enviones de la moda. Hace mas todavía, el arzobispo de Montevideo, Nicolas Cotugno, paralizó los medios con sus opiniones homofóbicas, al son de "la homosexualidad es una enfermedad". La discusión se torno callejera, y en la calles de la dual capital, se comenzaron a ver las respuestas, que decoraban las paredes con grafittis respondiendo "La homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia SI!".
Pero la discordia esta vez surgió en respuesta a la negativa de los canales privados de TV abierta, a transmitir un spot publicitario del colectivo "Ovejas negras" titulado "Un beso es un beso".
¿Cuál era el problema? bueno, sencillamente, que el spot, mostraba besos entre parejas de mujeres, de hombres, y con transexuales. ¿Querían estos descabellados sodomitas mostrarlos entre los dibujitos de la mañana, asustando a los pocos niños de nuestro país? No, en realidad, querían pagar el horario de los noticieros. Si, PAGAR. Este spot, subvencionado por la Embajada Holandesa, iba a ser pago, como pagan los vendedores de Mr. Músculo para pasar sus reclames.
¿Tan soez era, que ni siquiera los supuestos del capitalismo mas salvaje podían aceptar su difusión? No, en realidad no, lo cual me lleva a la primera reflexión: Ni con el vil metal se paga la discriminación.
Finalmente, solo uno de los tres canales privados admitió pasarlo, a un costo de horario estelar (el de los noticieros) pero para pasarlo después de las 22:00 hs. Los otros dos, adujeron que no iba con la "tónica" del canal, con la "estética". Incluso se llego a reformular el spot, pidiendo que se omitieran los enfoques de plano más cercanos.
Aun así, la calle se empapeló de fotos de la campaña, así como los ómnibus y las paradas. Las radios también transmitieron spots de la campaña.
El colectivo "Ovejas Negras" inicio una querella por estas actitudes. Y la sociedad sobrevivió todo este envión de publicidad sin "tónica" o "estética".
Ahora ¿el Estado cómo debería solucionar estos problemas? ¿Qué mecanismo es el encargado de garantizar los derechos de todos, a que Institución deberíamos acudir? ¿Existió discriminación?¿Por qué si un beso es un beso, el aviso no mostraba también parejas heterosexuales? Estas dudas las fui recolectando, y se las dejo a Uds. Ahora solo falta opinar.


Gobernabilidad for dummies

lunes, 13 de abril de 2009

En tiempos como éstos, palabras como legitimidad, gobernabilidad, constitucionalidad, etc., son usadas constantemente por los medios masivos, por su contundencia, pero con poca reparación en su significado.

Un Domingo en familia, como muchos otros, mientras hacíamos sobremesa, uno de mis tíos lee la tapa del diario. El título hacía referencia a la determinación del oficialismo de mantener la gobernabilidad.

  • Tío (en tono escéptico): Ya no saben qué decir ¿"gobernabilidad"? ¿Qué es "gobernabilidad"?
  • Lin: La capacidad de ejercer el gobierno.
  • Tío: Sí, pero es super abstracto eso...
  • Lin: Y sí, todas las palabras terminadas en "-bilidad" son abstractas. Pasa por poder dictar leyes, aplicarlas y que se cumplan.
  • Tío (ahora un poco más sobrador): Claro, GOBERNAR, es básico. Lo que tendrían que hacer.

    Ni bien termina de decir esa frase, empezó un revuelo considerable en el comedor porque mis primitos querían salir y sus respectivas madres, renegaban para mantenerlos adentro.
  • Tío (dirigiéndose a mi primo de 6 años): Juancito, te quedás adentro!
  • Lin: Ves? Si después de eso Juancito se queda adentro, hay gobernabilidad. Si necesitás de un chas-chas en la cola, hay gobernabilidad media. Y si Juancito sale, entonces no hay gobernarbilidad. Ejemplo concreto.

    Probablemente muchos hayan podido predecir el desenlace. Mi tío manoteó a Juancito, que ya tenía medio cuerpo afuera, y después de un chas-chas, Juancito se escondió abajo de la mesa, donde se quedó retobado un cuarto de hora.


Moraleja de la historia:

- Las cosas siempre parecen más fáciles de lo que en verdad son. Los argentinos somos especialistas en opinar, todos tenemos la solución para sacar el país adelante. Quizás la clave este en ocuparse de los problemas a mano y no pensar solo en los problemas macro.
- La política está en todas partes.


* Si bien el post de hoy es descontracturante e intenta ser una observación graciosa sobre la política en la cotidianeidad, me gustaría agregar un par de cosas para que no sientan que se van con las manos vacías: La gobernabilidad descansa en dos grandes pilares: la eficacia y la legitimidad. Podríamos decir que hay gobernabilidad cuando el gobierno logra dictar una ley, ejecutarla y esta es acatada por los ciudadanos.
Sin importar cuán abstracta suene no debería ser menospreciada, ya que es uno de los principales indicadores a tener en cuenta cuando de calidad democrática se habla y cuando se intenta medir la madurez del sistema de gobierno de un pais.

El Granero del Mundo

sábado, 4 de abril de 2009

No hace mucho, después de largas discusiones familiares, advertencias, quejas y reclamos (especialmente por el tema "estudios"), me fui a recorrer mi país.
Me cargué una mochila gigante en la espalda, una carpa, una bolsa de dormir, mi equipo de mate, 1000 pesos en el bolsillo y me fui.

La idea era, en un viaje 100% gasolero, ir laburando de lo que pintara, y así recorrer todo. Como suelen decir, ir "de Usuahia a la Quiaca". Empecé por el norte. Pero en el norte me quedé.
No visité los hermosos lagos del sur, no esquié en sus cerros nevados, no me deleite con sus tazas de chocolate caliente ni paseé por sus bosques de pinos. Me quedé recorriendo todo el norte y países limítrofes del mismo. Para horror de mi madre: siete largos meses.
Los recuerdos que tengo de esa estadía (hermosa, sin lugar a dudas) son muchísimos. Conocí gente maravillosa, historias de vida impensadas, rostros inolvidables y una humanidad pura y genuina, inimaginada, en nuestro mundo actual. Sin embargo, el norte argentino duele.
Para visitar Bolivia, desde Jujuy, simplemente tenía que cruzar un puente. Caminando, como si de un barrio anexo se tratara. Mientras yo cruzaba ese puente, en ese mismo lugar había aproximadamente 10 nenas (repartidas de punta a punta), que no tenían más de 12 años. Y ahí estaban. En un puente que une dos ciudades. En un puente que une dos países. Expuestas a ser alejadas de sus casas y no ser vistas nunca más. Pero lo más desgarrador no fue eso, sino escuchar cuando una de estas nenas ofrecía sus servicios sexuales a cambio de un sandwich de milanesa que vendían en un puesto, uno metros pasado el puente, a un valor de 1 peso argentino.
Después, en el lugar donde me hospedaba, me contaron que sí, que todas esas nenas que yo había visto están ahí de lunes a lunes por la misma razón. Tienen entre 10 y 12 años. Y tienen hambre. Mucho hambre. Hambre del que mata. Hambre del que no deja pensar. Hambre del que duele. A ellas. A mí. A todos.



Los datos oficiales, que miden la mortalidad infantil en 12,9 por mil nacidos vivos contrastan con el reciente informe de Unicef: 14 por mil. En el país más de seis millones de chicos viven en la pobreza y la mitad de ellos pasa hambre. En el país de las espigas de oro, 25 niños mueren por día antes de cumplir un año.

En la madrugada del 11 de diciembre de 2008, un cartonero encontró el cadáver de un niño de tres años mientras hurgaba en un contenedor del barrio porteño de Constitución, a menos de dos mil metros de la Casa de Gobierno. El cuerpo estaba envuelto en una frazada y presentaba fuertes signos de desnutrición. Según informaron las fuentes de la investigación, en los días posteriores al hallazgo no se registraron denuncias sobre la pérdida del niño lo que hacía suponer que había sido depositado en el basurero por algún familiar o conocido.
Un día después de que apareciera el cuerpo sin vida de este niño sin nombre, desapareció la "novedad" de los medios.

Dos semanas después, una organización no gubernamental del Partido de La Matanza (Gran Buenos Aires) denunció que en el Mercado Central, más de 200 chicos de entre 8 y 13 años se prostituyen para poder comer. Según la denuncia, entre los que obligan a los niños a vender su cuerpo por comida, hay policías, changarines, seguridad privada, comerciantes, camioneros y directivos. El Mercado de La Matanza, principal centro comercializador de frutas y verduras del país, abastece a más de 11 millones de personas.

En la Ciudad de Buenos Aires, la tasa de mortalidad es de 8,3 por mil nacidos vivos; incluso en la orgullosa, rica y poderosa Capital Federal, el índice supera al de Cuba. Mientras que según datos oficiales la tasa nacional ha descendido, en la provincia de Buenos Aires, la más rica del país en términos económicos y productivos, la mortalidad infantil ha pasado de 12,5 en 2006 a 13,5 en 2007. En esta provincia, donde se tira una semilla y crece, durante 2006 murieron 3.280 bebés menores de 1 año y en 2007, 3.531: 10 bebés por día.

En la provincia de Formosa, las familias de 24 bebés por mil nacidos vivos los entierran antes de poder festejarles su primer año de vida. En Chaco mueren 18,9 bebés y en Misiones y Jujuy la tasa se eleva a 17 por mil, siempre según datos oficiales.

A fines de 2008, el Gobierno nacional anunció una disminución en el índice de pobreza del 23,4% al 20,7%. Los ocho millones de pobres de los datos oficiales contrastan con los 20 millones de argentinos que según diferentes estudios privados viven bajo la línea de pobreza. La diferencia en el cálculo se explica: para el gobierno la canasta básica de alimentos es de 978 pesos; para los estudios independientes, asciende a los 1.400.

Argentina produce alimentos suficientes como para dar de comer a varios cientos de millones de personas, posee un alto índice de PBI per capita y un elevado desarrollo científico-tecnológico. En las entrañas de su tierra hay petróleo, gas, oro y plata. El acuífero Guaraní, compartido con Brasil, Paraguay y Uruguay, es una de las reservas de agua potable más importantes del mundo.

En Cuba, pequeña isla ubicada en el medio del Caribe, a expensas de los huracanes y el mal clima donde no crece más que la caña, la mortalidad infantil es de cinco por mil nacidos vivos. Igual al de Canadá e inferior al de Estados Unidos (siete por cada mil), el índice cubano se sostiene pese al bloqueo que lleva casi tantos años como los que acaba de cumplir su revolución.


963 millones de personas tienen hambre en el mundo.

En nuestro mundo, en nuestro país.

En este sistema capitalista,

en el que todo sobra,

hasta los seres humanos.