Mauricio Macri nació en 1959, en Tandil, provincia de Bs. As. Es ingeniero civil, empresario, político de la centroderecha argentina (no che, yo no dije facho), y actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Bs. As. Preside el partido político "Compromiso para el Cambio" y es hijo del conocido (y millonario) empresario ítalo-argentino (no, no dije evasor, basta por favor...) Franco Macri . Está divorciado y es padre de tres hijos.
En 1992 fue vicepresidente en Sevel, empresa automotriz, haciéndose cargo de la presidencia en 1994. En ese cargo, fue procesado por contrabando agravado, acusado de una maniobra en la que las empresas del grupo presuntamente estafaban al estado argentino exportando a Uruguay autopartes y volviéndolas a importar. La empresa insistió en que todas las operaciones fueron realizadas con conocimiento de la Aduana y autorizadas por ella, previa consulta (¡ah bueno, entonces así sí! No che, no hablamos de asociación ilícita ni nada de eso... La aduana le dio el ok, gente).
A comienzos de 2003 fundó el partido Compromiso para el Cambio, siendo también designado presidente del mismo y candidato a jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el partido. En 2005 creó junto con Ricardo López Murphy, presidente del partido Recrear para el Crecimiento, la alianza electoral de centroderecha Propuesta Republicana (para el cual el publicista Ernesto Savaglio acuñó el nombre PRO). Se presentó como candidato a Diputado Nacional en el distrito de la Ciudad de Bs. As., ganando las elecciones. Durante el año 2006 alternó su actividad como diputado en el Congreso Nacional con la presidencia de Boca Juniors (lo cual está prohibido, pero ésto es Argentina...). Se le criticó su poca asistencia a las votaciones, a lo que respondió que (el Congreso) "Es un sitio en el que NO se debaten ideas".
En 2007 Macri aspiraba a ser candidato presidencial en un espacio que compartiría con el gobernador neuquino Jorge Sobisch. Esta idea entraba en conflicto con la alianza celebrada previamente con Ricardo López Murphy quien había denunciado a Sobisch por corrupción, presentando una cámara oculta en la que Sobisch ofrecía soborno al diputado radical Jorge Taylor. Con motivo del asesinato del docente Carlos Fuentealba, la imagen de Sobisch resultó muy dañada, y Macri buscó despegarse de él. Todo este conjunto de situaciones precipitó su decisión de abstenerse de trabajar en pos de una candidatura nacional, y postularse para Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ganando las elecciones en segunda vuelta.
Eso es, en líneas generales, lo que podemos decir acerca de la carrera política de Mauricio. De todos modos, como algunos saben, soy la antítesis de la gente sintética, así que quiero seguir escribiendo. Porque ya que hablamos de Mauricio, podemos traer a colación que ya pasaron casi veinte años desde que se sancionó la Ley de Reforma del Estado, que habilitó la privatización de las empresas públicas. ¿Qué eso no tiene que ver con él? Eso está por verse y ésta es la parte que a mí más me gusta sacar a relucir cuando hablo con los fans de Mauri.
El listado de las empresas argentinas en ese entonces incluyó a ENTel, Segba, Obras Sanitarias, Aerolíneas Argentinas, YPF, ferrocarriles, subtes, puertos, rutas, canales de televisión, radios y el correo. Los activos, como ya sabemos, se remataron a precio de liquidación. Los años demostraron que en muchos casos la gestión privada, no sólo no mejoró el servicio, sino que lo empeoró, obligando al Estado a retomar el control.
Mauricio Macri tuvo un papel protagónico en esa etapa, ya que junto a su padre Franco obtuvo la concesión de distribuidoras de gas, corredores viales y el correo. En todos los casos incumplió los planes de inversión. Sin embargo, hace un tiempo en una nota, pareció olvidar lo ocurrido en veinte años y se manifestó a favor de una vuelta de las privatizaciones. Eligió el peor ejemplo para justificar su pedido. Lo hizo argumentando en contra de la gestión pública que comanda desde hace pocos meses Aerolíneas Argentinas, una compañía que fue vaciada por el capital privado antes de su estatización.
“No nos hagamos cargo de lo que no podemos hacer con la plata de los contribuyentes. El Estado sólo debe dar educación, salud, seguridad y justicia”, aseguró Macri. El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, formuló esa declaración al comentar un artículo del diario La Nación donde se informó que el Estado pierde 4 millones de pesos por día por mantener operativa la línea aérea.
“La pérdida de Aerolíneas Argentinas seguirá y cuando se sepa la magnitud de la deuda será un escándalo”, sostuvo. Luego se pronunció a favor de volver a privatizar la empresa: “El Gobierno debería haber hecho cualquier cosa menos administrarla. Si no puede manejar el índice de precios, no puede manejar nada. Hay que buscar otra gestión. Yo nunca la hubiese estatizado. Es un disparate”.
Fue en ese contexto cuando remarcó que un Estado “inteligente” es aquel que se limita a dar educación, salud, seguridad y Justicia, emulando el discurso neoclásico hegemónico en la década del 90. Por entonces, se adhería a la idea de que Estado debía restringirse a sus funciones mínimas y transferirles a los particulares, todo aquello que pudieran explotar rentablemente, bajo el supuesto de que aportarían capitales y gerenciamiento eficiente.
A ver Mauricio... Dejate de joder. El Estado tuvo que hacerse cargo de Aerolíneas porque los particulares que la administraron la vaciaron y cometieron delitos que la Justicia está investigando. Macri pretende desconocer que la privatización de Aerolíneas llevó a la empresa a la ruina económica, que contempló una convocatoria de acreedores en el 2000 y luego la virtual quiebra en 2008, con la suspensión de los servicios. En lo que respecta al déficit operativo de la firma, en junio de 2008 la pérdida mensual era de 230 millones de pesos, mientras que en el primer trimestre de 2009 el déficit se redujo, en promedio, a 55 millones mensuales.
Es evidente que Macri no eligió un buen ejemplo para reclamar nuevas privatizaciones. Aerolíneas Argentinas es un caso paradigmático de vaciamiento empresario. A fines de 1990, el ex presidente Menem le vendió la empresa a la estatal española Iberia. La compañía se transfirió sin ningún pasivo, ya que antes el Estado absorbió su deuda. Los españoles pagaron 1610 millones de dólares en títulos públicos y apenas 260 millones en efectivo, con la particularidad de que para conseguir el dinero se endeudaron y transfirieron el pasivo a la cuenta de Aerolíneas.El objetivo de los españoles era expandirse en la región para poder competir con las gigantes europeas y estadounidenses que dominaban el mercado global. Sin embargo, el plan no funcionó y en 1994 negociaron con Menem para que el gobierno argentino renunciara a la “acción de oro”, que le permitía fiscalizar las decisiones estratégicas y la venta de activos.
A partir de entonces, los españoles comenzaron a liquidar prácticamente todo. Vendieron oficinas comerciales en el país y el exterior, los simuladores de vuelo y las 28 aeronaves que conformaban la flota. También desmantelaron los talleres y levantaron decenas de rutas y escalas. La situación no mejoró y en el año 2000 se declararon en convocatoria de acreedores. La lucha de los trabajadores y el apoyo de gran parte de la población fue fundamental para evitar la quiebra.
Finalmente, en octubre de 2001 el gobierno español le vendió la empresa a un consorcio liderado por la compañía turística Marsans y antes tuvo que aportar casi 700 millones de dólares. Pese a ello los problemas siguieron porque los nuevos dueños nunca invirtieron el dinero que habían prometido, hasta que a fines del año pasado el Estado se tuvo que hacer cargo de la compañía para evitar su cierre.
La Auditoría General de la Nación estableció entonces que Aerolíneas Argentinas había quedado, luego de dieciocho años de gestión privada, con un patrimonio negativo de 2500 millones de pesos y un pasivo estimado en 890 millones de dólares.
Ahora, Mauricio Macri reclama nuevamente la privatización y acusa de ineficiente al Estado, que hace apenas unos meses retomó el control de la empresa.
Salvese quién pueda porteños... ¿Cómo es posible que este tipo LOS gobierne? ¿Será posible que este tipo, en algún momento, NOS gobierne? Espero que no.
“Si no te aburre una sesión en el Congreso, sos un anormal.”
(Mauricio Macri)